La telemedicina ha dado un gran salto a raíz de la pandemia del coronavirus. Sólo las consultas por teléfono han permitido a los profesionales de Atención Primaria atender y hacer el seguimiento de los pacientes a distancia, evitando aglomeraciones en los centros médicos que supusiesen un riesgo de contagio. Pero también se ha disparado el uso de soluciones de telemedicina como la receta electrónica y las videoconsultas y chats con el médico del seguro de salud, ha crecido el interés por el seguimiento de buenos hábitos de salud a través de dispositivos como pulseras de actividad y el uso de la inteligencia artificial para la autoevaluación es ya una realidad.

España se está convirtiendo en uno de los países más avanzados en la adopción de estas tecnologías. Seis de cada 10 pacientes ya han hecho uso de las teleconsultas, por encima de la media internacional (39%), según un estudio realizado por Capterra. Bien sea a través de chatbots o de chats y videoconsultas directamente con el médico u otro profesional sanitario, los seguros privados de salud ofrecen ya las consultas a distancia como una alternativa real con la que los pacientes pueden resolver pequeñas dudas de forma ágil y evitando desplazamientos innecesarios.

Es evidente que algunas situaciones o dolencias requieren la presencia el paciente en consulta, pero la telemedicina está permitiendo atender a distancia trámites básicos como recibir una valoración médica de los resultados de una prueba, consultar un síntoma inicial o resolver pequeñas dudas con el médico, lo que ayuda a descongestionar el sistema y reducir las listas de espera. Y si el médico lo considera conveniente, convocará a su paciente a una consulta presencial.

En esa primera atención a distancia al paciente ha comenzado a jugar un papel muy relevante la inteligencia artificial. El primer hito han sido los chatbot, un software preparado para, a través de preguntas al usuario, identificar y filtrar al paciente por sus síntomas y perfil, responderle dudas básicas y derivar al especialista médico.

Un uso avanzado es el del telediagnóstico. Vivaz, la marca de seguros de Salud, acaba de lanzar Home-spital, un servicio que permite mantener una consulta real con el médico a través de un examen físico remoto apoyado en la inteligencia artificial. A través de un pequeño dispositivo ubicado en el hogar, el usuario puede hacer exámenes físicos completos del corazón, la piel, los oídos, la garganta, el abdomen y los pulmones, y medir la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, que son clave para el tratamiento de muchas afecciones agudas y crónicas. Esto permite a los médicos obtener los datos clínicos vitales necesarios para monitorear, diagnosticar y tratar a los pacientes de forma remota.

Por otro lado, cada vez más las personas valoran tanto la prevención de la salud como el diagnóstico y el tratamiento. La generalización de los wearables, dispositivos como las pulseras de actividad y relojes inteligentes, ha facilitado la monitorización de hábitos saludables como la actividad física o el sueño de las personas y los biorritmos del usuario. Incluso marcas de seguros de salud como Vivaz han comenzado a premiar a aquellos asegurados que sigan hábitos saludables y los registren a través de esta tecnología.

Aunque todavía se encuentra en una fase temprana de su desarrollo, la telemedicina parece haber llegado para quedarse y con beneficios como reducir los tiempos entre la atención primaria y la derivación a los especialistas, acelerar los diagnósticos, evitar la exposición a contagios e infecciones en entornos hospitalarios, reducir la automedicación y optimizar y hacer más eficiente la gestión de las consultas y los recursos médicos.