Muchas personas aprovechan el final de las vacaciones para fijarse propósitos de cara al nuevo curso. Uno recurrente es llevar un estilo de vida más saludable, lo que no implica machacarse físicamente en el gimnasio ni seguir dietas extravagantes. Basta con introducir en nuestro día a día rutinas sencillas como aumentar el consumo de verduras y pasear a paso rápido durante media hora.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social”, de forma que estar sano es mucho más que no tener enfermedades. En su lugar, un estilo de vida saludable está caracterizado por la alimentación, el ejercicio físico, la prevención de la salud, el trabajo, la relación con el medio ambiente y la actividad social. Al respecto, la OMS habla de 7 hábitos saludables a incorporar en nuestras rutinas.

Dieta

Una dieta no debe plantearse como una estrategia de pérdida de peso, sino para mejorar nuestros hábitos dietéticos y estilo de vida. Una alimentación saludable debe incluir todos los alimentos que se contemplan en la pirámide nutricional, aunque en las proporciones adecuadas. En líneas generales, la recomendación de la OMS es aumentar el consumo de comidas bajas en grasas saturadas y trans y aumentar las grasas saludables y la ingesta de frutas y verduras.

Respecto a las cantidades y proporciones, el valor energético de la dieta debe ser de 30-40 kcal por kilo de peso. Los hidratos de carbono deben ocupar un 50-55% de tu dieta, las grasas han de ser un 30% y las proteínas no deben superar el 10% de tu dieta. Además, tu dieta diaria debe incluir unos 20-25 gramos de fibra vegetal.

Ejercicio físico

Junto con una alimentación saludable, es imprescindible llevar una vida físicamente activa. Para ello no es necesario correr grandes maratones: según la recomendación de la OMS, es suficiente con 30 minutos diarios de actividad, incluidos paseos a paso rápido. Esto te permitirá quemar las calorías sobrantes y fortalecer tus músculos y huesos.

Hábitos tóxicos

El consumo de tabaco, alcohol y drogas es profundamente nocivo para la salud. La pauta respecto a estos hábitos es eliminar por completo el consumo de tabaco y drogas; en cuanto al alcohol, y dado que su consumo está socialmente generalizado y no tiene el mismo efecto que el tabaco y drogas, la recomendación es reducirlo lo máximo posible, a una cantidad máxima equivalente a una copa de vino o cerveza al día.

Higiene

Una higiene correcta se refiere tanto al aseo personas como a la limpieza doméstica. Es importante mantener una higiene adecuada del cuerpo y la vivienda para evitar problemas de salud como infecciones. Un primer paso, como demostró la pandemia de la Covid-19, es lavarse bien las manos.

Productos tóxicos

Además, de forma puntual o continua exponemos nuestro organismo a productos que pueden resultar muy nocivos para nuestra salud. Un ejemplo de ello es la contaminación ambiental. Por tanto, y aunque en muchas ocasiones no es controlable, es aconsejable reducir lo máximo posible este riesgo.

Actividad social

Las relaciones sociales son fundamentales para la salud del ser humano, en la medida que garantizan un envejecimiento saludable. Por contra, el aislamiento social puede llevar a un deterioro gradual e irreversible de las capacidades físicas y mentales, incluso a la incapacidad física y la demencia.

Equilibrio emocional

El equilibrio emocional hay que entenderlo no como la ausencia de enfermedades mentales, sino como un estado de bienestar psicológico y emocional necesario para mantener y desarrollar las capacidades cognitivas, el afrontamiento de los retos personales y profesionales de la vida diaria y las relaciones sociales. El estrés, la irascibilidad, la ansiedad y el cansancio son algunos de los síntomas que indican que el estado mental no es saludable.