Ante la actual crisis energética, la Comisión Europea ha hecho un llamamiento a reducir el consumo energético limitando el termostato del aire acondicionado a 25ºC como mucho y el de la calefacción a 19ºC. Esta medida, que en España se ha hecho ya obligatoria para el comercio, la hostelería, el transporte y los centros de trabajo, es también una recomendación a los hogares europeos.

Un uso ineficiente o excesivo de los sistemas de calefacción y aire acondicionado implica un encarecimiento de la factura, por un lado, y un aumento de las emisiones por el otro. Las familias pueden poner en práctica una serie de medidas y rutinas que les permitirá mantener una temperatura confortable en su hogar tanto en verano como en invierno a la vez que hacen un consumo energético menor y más eficiente.

Medidas de ahorro en aire acondicionado

• Evita poner el aire acondicionado al mínimo que permite el aparato. Basta con mantener una temperatura de entre 24 y 27 ºC, que se considera confortable para la mayoría de las personas. Recuerda que con cada grado que descienda, el aparato de aire acondicionado estará consumiendo cerca de un 8% adicional.
• Úsalo solo cuándo y dónde se necesite. Si no vas a estar en la vivienda, apágalo, ya que la casa se mantendrá fresca y ahorrarás en consumo de energía. Además, conviene encenderlo solo en aquellas estancias que usemos, y apagarlo en las habitaciones vacías o que no se vayan a usar.
• Ventila y cierra ventanas y persianas. Aprovecha las horas más frescas del día, a primera hora de la mañana y la noche, para abrir las ventanas y ventilar la vivienda. El resto del día, mantén cerradas tanto las ventanas como las persianas, con el fin de evitar que se fugue el frío del aire acondicionado y que el sol caliente las estancias.
• Reduce la exposición de la vivienda al sol. Durante las horas de más sol y calor, puedes recurrir a otros sistemas como toldos, persianas y pérgolas para generar sombra y proteger tanto el edificio como las estancias de los rayos directos del sol.
• Mantén el aparato en perfectas condiciones. Revisa y limpia y sustituye los filtros, ya que si se encuentran sucios el aparato de aire acondicionado consumirá más energía para mantener fresca la vivienda.

Medidas de ahorro en calefacción

• Mantén siempre una temperatura adecuada. Una temperatura de unos 21ºC es suficiente durante el día. En caso de ausentarse de la vivienda durante horas, regula el termostato a menor temperatura. Durante la noche, lo más conveniente es apagarla: aunque para dormir no es necesaria, si hace demasiado frío se recomienda no ponerla a más de 16º. Por cada grado en que se incrementa la temperatura de un edificio o vivienda mediante la calefacción, el consumo energético aumenta en un 7%.
• Ventila antes de encender la calefacción. Con abrir las ventanas 10 minutos es suficiente para renovar el aire de una estancia. Mientras lo haces, mantén la calefacción apagada para evitar un consumo inútil.
• Cierra las persianas y cortinas por la noche. Con esta medida se evita la fuga de calor y el frío desde los cristales de la venta. Durante el día puedes aprovechar el calor de los rayos de sol, pero no dejes escapar más calor del necesario por las ventanas.
• Enciende la calefacción solo en las estancias necesarias. Si alguna habitación está vacía y no se va a usar, se puede cerrar la llave de los radiadores de esas estancias y mantener sus puertas cerradas e instalarles burletes para que no se desplace el frío.
• Nunca cubras los radiadores. Esto impide que se reparta el calor por toda la estancia.
• Instala válvulas termostáticas o termostatos programables. Esto permite un ahorro de entre un 8 y 13% de energía.
• Mantén siempre a punto el sistema de calefacción. Haz un mantenimiento periódico y adecuado de la caldera y purga los radiadores al menos una vez al año.
• Revisa el aislamiento de tu hogar. Algunos elementos como puertas y ventas con puntos importante de pérdida de calor, por eso es conveniente aislar convenientemente la vivienda para lograr una mayor eficiencia energética. Entre el 25 y el 30% de las necesidades de calefacción se deben precisamente a pérdidas de calor por la ventana.