El uso doméstico del gas como fuente de energía de los sistemas de calefacción, de agua caliente y de la cocina está muy extendido en los hogares españolas. Cuatro de cada diez familias tienen suministro de gas canalizado y otros tantos utilizan bombonas. Aunque los incidentes no son frecuentes, un mal uso o deficiencias en la instalación y mantenimiento pueden llegar a provocar intoxicaciones y hasta el fallecimiento de los habitantes de una vivienda en caso de inhalación, y explosiones por su inflamabilidad. Por ello, y la Asociación Española del Gas, Sedigas, recuerda a los usuarios que deben tomar una serie de precauciones para evitar cualquier riesgo.

Consejos de instalación y mantenimiento

• La instalación debe ser realizada por profesionales autorizados.
• Es obligatorio instalar puntos de ventilación suficientes donde se encuentren aparatos de gas no estancos y esas rejillas nunca deben ser tapadas u obstruidas por ningún elemento y deben mantenerse limpias.
• Se debe suscribir un contrato de mantenimiento de la caldera bien con el servicio técnico, un instalador autorizado o la compañía comercializadora de gas. La normativa establece que la revisión de la caldera es obligatoria cada 2 años.
• Hay que cuidar los aparatos y las instalaciones de gas y mantener una limpieza adecuada y regular de los mismos. Por otro lado, los conductos de la instalación no deben usarse para, por ejemplo, colgar cuerdas, ropa o instalar tomas de tierra de aparatos eléctricos.
• Si en la cocina se dispone de una campana extractora y de una caldera de gas no estanca, debe instalarse un dispositivo o conmutador que impida el funcionamiento simultáneo de ambos aparatos.
• En caso de querer modificar la instalación o los aparatos de gas, por ejemplo en caso de cerrar o acristalar una terraza, debe avisarse a una empresa instaladora autorizada, al servicio técnico del fabricante o a la comercializadora de gas.
• En caso de ausencias prolongadas, cierra la llave general de paso y las de cada uno de los aparatos.
• Avisar a la empresa instaladora, el servicio técnico o la comercializadora ante cualquier anomalía.

Precauciones a la hora de cocinar

• Comprueba el color y buen estado de la llama. Debe ser estable, silenciosa y de color azul en el núcleo o más claro en el exterior. Si la llama es amarilla, se deben limpiar los quemadores, y si no se corrige se deberá avisar al servicio técnico. La llama debe mantenerse sin apagarse cuando ponemos el fuego al mínimo.
• Si el humo de la llama tizna la base de las cacerolas es síntoma de una mala combustión.
• Evita que se derramen líquidos o se produzcan corrientes de aire que puedan apagar la llama dejando el quemador abierto.
• Limpia frecuentemente los quemadores de su cocina a gas con productos no abrasivos. La acumulación de residuos impide una buena combustión.

¿Qué hacer si huele a gas?

• No enciendas ningún aparato eléctrico, no enciendas ni apagues los interruptores de la luz, no fumes ni llames por teléfono dentro del recinto donde se percibe el olor. Esto es así porque accionar cualquier interruptor puede conllevar una chispa.
• Abre puertas y ventanas para ventilar bien la estancia.
• Cierra la llave general y las de los aparatos.
• Llama al servicio de atención de urgencias. Su teléfono aparece en la factura de gas.
• No abras la llave de paso hasta que un profesional haya reparado la instalación.