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14/12/2022El sector asegurador paga 8 de cada 10 euros de los daños por fenómenos climáticos adversos
La lluvia, el granizo, la nieve, las heladas y la sequía provoca todos los años numerosos daños en vehículos, inmuebles y campos de cultivo. El Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) se hace cargo de una parte importante de esos siniestros, pero son las compañías aseguradoras privadas las que sufragan la mayor parte, en concreto más del 80% de su coste.
Los destrozos provocados por las 25 grandes inundaciones y temporales que se han producido en España en los últimos diez años han tenido un coste para el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) de más de 2.000 millones de euros. Esta cifra no incluye los daños cubiertos por las compañías de seguros privadas. Como consecuencia de la nevada de la borrasca Filomena, las aseguradoras atendieron cerca de 198.000 siniestros por valor de 230 millones de euros. Y los desperfectos en los campos de cultivo ocasionados por las heladas, la sequía y el pedrisco les cuestan en torno a 700 millones anuales. Los eventos meteorológicos adversos, cada vez más frecuentes, producen cada año numerosos daños en vehículos, inmuebles y explotaciones agrícolas y ganaderas. Más de 8 de cada 10 euros de las reparaciones e indemnizaciones ligadas a esos fenómenos son abonadas por el sector privado.
En el último lustro, las pérdidas aseguradas derivadas de catástrofes ascendieron en España a unos 1.800 millones de euros anuales. La mayor parte de estos siniestros son cubiertos por las compañías privadas de seguros, bien de forma individual bien a través del pool Agroseguro, y en menor medida por el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS).
El CCS es un organismo público adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital conocido principalmente por cubrir los siniestros causados por los riesgos extraordinarios, que se financia con un pequeño recargo en todas las pólizas de seguro que abona el asegurado y que constituye un modelo de éxito y ejemplo a nivel internacional en la gestión de fenómenos adversos. Por ejemplo, cubre los destrozos causados en viviendas, locales comerciales, naves industriales y automóviles por las inundaciones provocadas por la lluvia, el deshielo, los lagos, el desbordamiento de ríos y rías y los embates del mar. También en el caso de desperfectos causados por vientos superiores a los 120km/h o tornados. Sin embargo, no se ocupa de aquellos derivados, entre otros fenómenos, del granizo, la nieve y las heladas, que corren por cuenta de las compañías de seguros.
En los últimos cinco años, las aseguradoras privadas pagaron más de 3.500 millones de euros en reparaciones e indemnizaciones por siniestros climáticos, frente a los más de 1.800 millones abonados por el Consorcio en ese periodo, según datos del sector asegurador. Además, Agroseguro, el pool formado por una veintena de aseguradoras y a través del cual agricultores y ganaderos protegen sus explotaciones de esos eventos meteorológicos extremos, viene abonando cada año en torno a 700 millones de euros por los daños en los campos de cultivo y al ganado que provocan la sequía, las heladas, el pedrisco y el viento. En total, entre las compañías aseguradoras y Agroseguro, el sector privado abona cada año en torno al 80% del coste de esos siniestros.
El incremento de la frecuencia de estos siniestros se refleja en que, solo en el ámbito del hogar, y según el informe ‘El impacto de los fenómenos atmosféricos en el seguro del hogar desde una perspectiva social’ de Línea Directa Aseguradora, el 27% de los hogares españoles han estado afectados, de alguna forma, por un evento climatológico en los últimos 10 años, lo que equivale a cerca de 7 millones de viviendas según la estimación del parque de viviendas del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Entre estos daños, los más comunes son por viento (40%), inundaciones por lluvias (39%), daños por granizo (24%), por nieve (18%), por rayos o tormentas eléctricas (12%) y daños sísmicos (6%).
Para que esos daños en inmuebles, automóviles y explotaciones agrícolas y ganaderas sean cubiertos, ya sea por las compañías de seguros y Agroseguro como por el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), esos bienes deben estar cubiertos por una póliza en vigor. En este sentido, cuando se producen fenómenos de este tipo suele desvelarse un alto porcentaje de viviendas sin asegurar. De hecho, actualmente, en torno a un 20% de pisos y casas en España no cuentan con seguro.
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