Cada minuto debajo de la ducha consumimos 8 litros de agua. En lavarse los dientes se van 1,5 litros. Al tirar de la cisterna, 5 más. En cada ciclo de la lavadora se usan 50 litros y 14 en cada programa del lavavajillas. Cada español consume 133 litros de agua de media al día entre ducharse y lavarse, lavar la ropa y hacer la limpieza del hogar y beber y cocinar, según el último dato disponible del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente a 2020.

La mayor concienciación y el uso de electrodomésticos más eficientes han permitido a los hogares reducir su huella hídrica en los últimos 20 años en un 21% o 35 litros por persona y día. En todo caso, es posible rebajarla aún más adoptando una serie de hábitos en ámbito doméstico. Esto se notará en el presupuesto familiar y, al mismo tiempo, contribuirá a afrontar uno de los mayores desafíos globales actuales: la sequía y la gestión del agua.

1.    Cierra el grifo mientras no lo estés usando. Tanto en el baño al lavarse las manos o los dientes como en la cocina al fregar la vajilla, es posible ahorrar agua si se mantiene el gripo cerrado mientras te cepillas los dientes y enjabonas las manos o los platos. Ábrelo solo en el momento de enjuagar o aclarar.

2.    Dúchate en lugar de bañarte. Tres cuartas partes del consumo de agua de una vivienda española se generan en el cuarto de baño. Y la mayor parte (34%) en la ducha o baño, según la Fundación Aquae. ¿Cómo reducirlo? En primer lugar, optando por la ducha frente al baño, ya que permite reducir a más de la mitad ese consumo. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja acortar esa ducha diaria a un tiempo de 5 minutos. Y, en tercer lugar, de nuevo, conviene cerrar la ducha mientras te estás enjabonando.

3.    Mantener los grifos en buen estado. Revisa que no hay ningún tipo de gotera. Además de evitar posibles daños en la vivienda o a los vecinos en caso de fugas importantes, esto permite minimizar el derroche o las pérdidas de agua.

4.    Instalar dispositivos para ahorrar agua. Los reductores de caudal y los aireadores son dispositivos que, instalados en los grifos y la alcachofa de la ducha, permiten reducir notablemente el consumo de agua sin perder presión. En todo caso, conviene analizar previamente si es la mejor solución: dependiendo de la grifería de la vivienda, estos dispositivos pueden reducir demasiado el caudal, lo que obligará a mantener los grifos abiertos durante más tiempo. En el caso de la cisterna, que es otra fuente importante de consumo de agua, la mejor solución son aquellas de doble descarga, que permite realizar una descarga completa de la misma cada vez que se tira de la cadena y otra menor.

5.    Carga la lavadora y el lavavajillas al completo. Espera a que ambos electrodomésticos estén totalmente llenos para realizar la colada y lavar platos, vasos y cubiertos. En el caso de la lavadora, esto te permitirá ahorrar de 2.500 a 2.800 litros cada mes.

6.    Renueva los electrodomésticos con modelos más eficientes. Cuando tu antigua lavadora o lavavajillas llegue al final de su vida útil, selecciona aquellos electrodomésticos que permiten un mayor ahorro energético.

7.    Descongela los alimentos en el frigorífico. Poner alimentos a descongelar debajo del chorro del grifo de la cocina, además de un riesgo para la salud alimentaria, supone un derroche de agua. En su lugar, acuérdate siempre de sacar esos alimentos del congelador con tiempo suficiente y dejarlos descongelar en el interior del frigorífico.

8.    Deja una botella de agua en la nevera. Con esto tendrás siempre a tu disposición agua fresca y no tendrás que dejar correr el agua del grifo para llenar un vaso con agua bien fría.